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22/02/2015 - 19:30:15 hs.

DESENFRENADOS

DESENFRENADOS  “…. El poder judicial no debe confiarse a un senado permanente y sí a personas elegidas entre el pueblo en determinadas épocas del año, de modo prescrito por las leyes, para formar un tribunal que dure solamente el tiempo que requiera la necesidad.

De este modo el poder de juzgar, tan terrible en manos del hombre, no estando sujeto a una clase determinada, ni perteneciente exclusivamente a una profesión se hace, por decirlo así, nulo e invisible. Y como los jueces no están presentes de continuo, lo que se teme es la magistratura y no se teme a los magistrados”

“El espiritu de las leyes” Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu, S XVIII

Miércoles de cenizas, fin del carnaval y comienzo de la cuaresma para la grey Cristiana. Marcha en “homenaje” al Fiscal Nisman convocada por colegas de dudoso prestigio. Multitudinaria presencia que desafió las inclemencias del tiempo. Las imágenes y el relato remiten inexorablemente a otro momento lejano de la historia argentina: primavera de 1945, una muchedumbre descontenta con la creciente influencia del entonces Coronel Perón marchó masivamente bajo la consigna “Todo el poder a la Corte”.

Volvamos al presente, las usinas de desprestigio de la política funcionan a tiempo completo y sin pausa. Tienen una estrategia: instalar el miedo. Un método: el desgaste y la difamación. Una táctica: el repiqueteo sin solución de continuidad sobre la comunidad, atosigándola con la propalación de mensajes que agobian, confunden, una y otra vez hasta el hartazgo.

Pretenden generar un estado de conmoción y de caos, donde ya no exista confianza en las Instituciones de la República y mucho menos en el gobierno (Poder Ejecutivo) a quien atacan acusándolo de promover el autoritarismo y la persecución. Procuran instalar la idea de que el gobierno democrático se ha convertido en una tiranía y otra vez el pasado que vuelve como un déjà vu, el virulento enfrentamiento entre la oposición y el gobierno del Presidente J D Peron (1955).

La ecuación que maneja el poder oculto de las corporaciones ya fue esbozado en anteriores exposiciones en este mismo medio, sintéticamente: "…si nada alcanza desde la política para derrotar al kirchnerismo tal vez sea el tiempo de comenzar a desprestigiar a la política…" (Que al fin y al cabo es la expresión de su derrota).

En ese intento por desprestigiar a la política usaron a los políticos opositores que a la sazón se fueron convirtiendo en obedientes operadores de sus mandantes poderosos, hipotecando así, ideología, coherencia, trayectoria y futuro. Prosiguieron con personajes públicos (por fuera de la política), quienes supuestamente no tienen intereses subalternos, desacreditando desde otra categoría y desde otra dimensión, en un vano intento de sembrar el descontento y escepticismo en la comunidad.

El “fin de ciclo K” se anuncia, pero no se avizora. Una vez más, conservando su estrategia y su método suman otro recurso: la judicialización de la política. En ese marco aparecen los jueces y fiscales amigos del poder corporativo, el escenario se traslada y la acción también: del desprestigio de la política a la imputación de la política.

Asoma pública y políticamente el más elitista, aristocrático y encriptado de los poderes del Estado, el Poder Judicial. Con características “dinásticas”, algunos de los miembros de la “familia judicial” parecen creer que se fortalecerán con el desgaste que le inflingen al gobierno. Su apuesta es arriesgada, acostumbrados a desempeñarse desde el “anonimato” y con “tecnicismos”, la alta exposición, como un boomerang, puede volver sobre ellos y exigirles transparentar sus lujosas y muchas veces inexplicables formas de vida, sus intereses, o la propia eficacia, eficiencia y dedicación en el desempeño de su tareas. Corresponde mencionar tendencias y no puntualidades. Los tribunales son lentos y parsimoniosos, ¿Cuánto tarda una causa promedio? Imposible saberlo de modo certero. Tampoco cuánto ganan los titulares de los diversos estrados. El Poder Judicial es el más opaco de los poderes públicos. La transparencia falta. Subsisten beneficios irritativos y antirrepublicanos, como la elusión impositiva.

Con el transcurrir de los días veremos hasta donde están dispuestos a llegar sus Señorías: llevaran a la Nación a un conflicto de poderes? No necesariamente se sale triunfante de una ofensiva. Tal vez sobrevenga la inexorable e irreversible transformación de un estamento que mantiene privilegios intolerables y que sólo piensa en limitar a otros Poderes del Estado y jamás en contrapesar con poderes fácticos, con los que coquetea, convive y practica endogamia.

La organización del Estado, sus poderes, justificación, desviación y excesos han sido descriptos por autores de diversas Escuelas Filosóficas, solo por citar alguno de los más preponderantes: Thomas Hobbes (Leviatan), John Locke (Tratado de Gobierno Civil), Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu (El espíritu de las leyes), Jean-Jacques Rousseau (El contrato social), Hamilton, Madison y Jay (Cartas al Correo de Nueva York). En muchas oportunidades el Poder Judicial ha excedido el rol de equilibrio, contrapeso y freno que muchos autores le han asignado. En general sus “excesos” permitieron mantener el estatus quo en beneficio de los poderosos y en detrimento de los más débiles y vulnerables. Así resulta la “tendencia”, allá lejos y acá cerca, hace mucho tiempo y ahora.

“… La gran causa de mis temores por la libertad del pueblo, reside en el Poder Judicial. Este cuerpo, con la gravedad incesante de su acción, marchando con pie silencioso y avanzando calmadamente, sin causar alarma, ganando terreno paso a paso y conservando lo que gana, está metiendo a los gobiernos especiales entre las quijadas de los mismos que los alimentan…”  Thomas Jefferson (Redactor de la Declaración de la Independencia de los EEUU y tercer Presidente de la Unión 1801-1809) cita “El desarrollo de las ideas en los Estados Unidos”, V. Parrington; 1943

Fuente: Prensa Alejandro Raúl Lozano - P. Justicialista/Corriente Agraria Nacional y Popular

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