Agua y Aceite

12/12/2010 - 01:16:35 hs.

Balance: De las tragedias del pasado, a la esperanza del presente

El pasado viernes 10 de diciembre se cumplieron 3 años de gestión de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner. Asumió con la consigna de profundizar el modelo que su esposo el Presidente Néstor Kirchner había comenzado el 25 de mayo de 2003.

Con perseverancia, convicción y fortaleza inusual logró resistir los embates corporativos más fuertes que recuerden la democracia de los argentinos y avanzar decididamente en el cumplimiento de los objetivos trazados.

En un mundo sumido en la peor crisis financiera desde 1929 a nuestros días, logró mantener la actividad económica, preservando la producción y el empleo como así también las variables macroeconómicas: superávits fiscal, comercial y altos niveles de reservas monetarias.

Tuvo la capacidad de salir por arriba del intrincado laberinto que le planteó la oposición corporativa después del 28 de junio del 2009, la resignificó rápidamente y con decisión avanzó marcando hitos trascendentes, conservando el manejo de la agenda política y la iniciativa en la gestión:

La re-estatización de las AFJP no solo fortaleció el rol del Estado sino que abrió un abanico de inmensas posibilidades para la inversión pública y social.

La ley de Movilidad Jubilatoria inicia un camino, incipiente aún, para comenzar a garantizar un retiro digno para nuestros mayores.

La implementación de la Asignación Universal por Hijo vino a cubrir las necesidades de los sectores más vulnerables impactando sensiblemente en los indicadores de pobreza e indigencia.

La sanción del matrimonio igualitario garantiza igualdad a una porción importante de nuestras minorías.

La Ley de Medios convocó y movilizó transversalmente a la sociedad, en una disputa por la libertad expresión, el derecho a informarse, la pluralidad, la tolerancia y el respeto por la diversidad.

Mientras el gobierno avanza en la consolidación de un nuevo modelo de país, la oposición que se “compuso desde la negatividad” se descompone aceleradamente en un vano intento de “restaurar” el país conservador y restituir la incidencia política de las corporaciones económicas. Finalizan un año bochornoso, con peleas intestinas, amenazas, auto boicot (no fueron capaces de obtener quórum con sobrada mayoría en el congreso) y hasta agresiones físicas directas que constituyen una muestra palpable de su intolerancia e incapacidad para conducir cualquier organismo o poder del Estado.

En ese sentido y en vísperas de un año electoral, como ciudadanos del centro de la Provincia de Buenos Aires deberíamos repasar el accionar de los Diputados Rubén Lanceta (UCR-Olavarria), el ignoto candidato a gobernador Juan Carlos Morán (“Coacción Cívica”-Bolivar) y el azuleño Adrián Pérez (“Coacción Cívica”), de disciplina cuasi escolar con su referente la mesiánica Elisa Carrio. Estos tres diputados votaron contra la re-estatización del los fondos de las AFJP, contra la Ley de Movilidad Jubilatoria, contra la Ley de Medios Audiovisuales de la democracia, se opusieron a la medidas de transformación social como la Asignación Universal por Hijo, defendieron el interés de las corporaciones y mas recientemente dejaron al país sin presupuesto en una decisión sin precedentes en la democracia argentina.

Finaliza la primera década del siglo XXI. Una década que comenzó trágica y dolorosamente, y que con políticas claramente nacionales, populares e incluyentes y el esfuerzo de todos los argentinos, la fuimos transformando en la década mas prospera de nuestra historia bicentenaria. Aquí y ahora un nuevo país emerge con vitalidad. Es hora de comenzar a cerrar algunos balances.

Los dirigentes tenemos el deber de percibir o al menos intuir las señales inequívocas que dan los pueblos; En el nuestro, aparece nítidamente el anhelo de reconocerse protagonista de un nuevo tiempo histórico, fundante de una democracia participativa e instituyente, donde además de las libertades republicanas, se consoliden los nuevos derechos sociales, el respeto por las minorías, la pluralidad y la búsqueda de la verdad y la justicia, a los que se sumaran seguramente, nuevos y desafiantes objetivos.

Este es el tiempo que avivó Néstor Kirchner. Las masivas demostraciones populares de este 2010, son la explicitación clara de apoyo y de reconocimiento al modelo de país que pergeño e impulsó hasta sus últimos días. El ex Presidente alumbra como el primer gran estadista del siglo XXI elevándose a la categoría de mito fundante donde se reflejan y resumen las aspiraciones colectivas.

El kirchnerismo tiende a constituirse de esta manera en una nueva síntesis política. Son los albores o el comienzo de un nuevo ciclo político en la historia de nuestro país. La contemporaneidad misma del proceso, opera como impedimento para visualizar con precisión este momento histórico, sobretodo para aquellas lecturas sesgadas por intereses subalternos, fracasos del pasado, preconceptos o dogmas, que no alcanzan a interpretar la magnitud en extensión y profundidad de este nuevo fenómeno. El tiempo y fundamentalmente el pueblo argentino que interpela constantemente a su dirigencia, darán el veredicto final de este incipiente proceso.

De una cosa no hay dudas, cuando el peronismo enamora con el mismo ímpetu a los humildes, a los trabajadores, a los jóvenes, a los intelectuales, a los artistas y a vastos sectores de la clase media, es el presagio y la antesala de tiempos de cambio, transformaciones y conquistas sociales profundas.

Alejandro Raúl Lozano Concejal Frente Justicialista para la Victoria

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