Agua y Aceite

13/03/2016 - 20:34:01 hs.

El rol actual de la mujer y la violencia de género fueron ejes de reflexión en las Jornadas Comunitarias Mujeres por la igualdad

 Durante la semana que pasó, el rol de la mujer en las sociedades actuales y la violencia de género y familiar fueron objeto de análisis y debate, en el marco de las primeras Jornadas Comunitarias “Mujeres por la igualdad” que organizó la Asociación Empleados de Comercio del Azul junto a numerosas entidades intermedias.

Cabe destacar que dichas Jornadas se propusieron con la finalidad de reivindicar los derechos de la mujer, sus luchas y su labor en la comunidad.

En este sentido, el martes 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, se realizó el debate Mujeres “Todoterreno”. Entre el trabajo y los cuidados infantiles, organizado por la AECA junto al Círculo Médico y Praxis Consultora en Derechos de la Infancia.

En tanto, al día siguiente en el Centro de Investigación y Posgrado de la Facultad de Derecho, se proyectó la película Refugiado (2014), con la actuación de Julieta Díaz y Sebastián Molinaro. Convocaron la AECA, la Facultad de Derecho y la Coordinación de Derechos Humanos de la Municipalidad de Azul.

Mujeres todoterreno

En el Auditorio del Círculo Médico, se presentó el panel que dio lugar a la reflexión e intercambio de posturas acerca del rol de la mujer en las sociedades actuales.

De esta manera la decana de la Facultad de Derecho de la UNICEN Laura Giosa, la directora del Jardín Maternal La Aldea Carla Lanari y la presidenta del Círculo Médico Claudia Ochoteco expusieron sus diferentes posiciones acerca de la temática.

En principio, se destacó la importancia de integrar distintas instituciones de la comunidad para el análisis de las variadas problemáticas vinculadas a los derechos de las mujeres

La propuesta de análisis

La consigna que se propuso desde la organización para el debate indicaba que la alta participación de las mujeres en el trabajo doméstico y de cuidados familiares, así como la cantidad de horas asignadas a estas tareas, indican que las mujeres continúan siendo las principales responsables de estas actividades, cualquiera sea su edad, su posición en el hogar, su nivel educativo y su condición laboral.

El problema de fondo es que las familias cambiaron, las mujeres ingresaron masivamente en el mercado de trabajo, se ampliaron derechos en distintos ámbitos y, sin embargo, la división de responsabilidades domésticas y de cuidado entre géneros no muestra transformaciones de similar magnitud.

La dedicación horaria a estas tareas, así como su asignación desigual entre géneros, tiene altos costos para las mujeres.

Cuanto más tiempo se dedica al trabajo doméstico no remunerado, menos tiempo queda disponible para ingresar y permanecer en una actividad laboral remunerada y para otras acciones.

Mientras los sectores medios y altos logran trasladar una parte de estas responsabilidades al mercado, contratando empleadas domésticas o servicios educativos y de cuidados, para los hogares más pobres esta opción es mucho más remota y dependen en su mayor parte de los servicios públicos o de las redes familiares y comunitarias. Este hecho tiende a profundizar las brechas no sólo de género, sino también sociales.

La conciliación entre la vida familiar y la actividad laboral recae sobre las espaldas de las mujeres en la medida en que, incluso cuando los hombres participan de determinadas actividades, rara vez lo hacen en similar proporción que las mujeres y menos se consideran como corresponsables de las mismas.

Así, se observa la construcción de un nuevo sujeto social femenino: las Mujeres “todoterreno”, que se hacen cargo y desarrollan un sinnúmero de tareas y responsabilidades, en pos del bienestar familiar.

Desde el punto de vista de las políticas públicas, hacen falta medidas que logren una mejor distribución de los tiempos dedicados al trabajo remunerado y al no remunerado, ampliar las licencias por nacimiento o adopción tanto para mujeres como para varones, incorporando disposiciones que promuevan la vinculación masculina en la crianza; consolidar las transferencias de ingresos universales, y acompañar todo esto con servicios de cuidado infantil gratuitos, de calidad y de cobertura universal. En este punto, se requiere resaltar el rol que los jardines maternales y de infantes tienen en la actualidad para las familias, en tanto es una institución que puede al mismo tiempo educar y cuidar.

Presentada la consigna como disparador de la reflexión, comenzaron la ponencias que luego abrieron el debate por la igualdad de género y la visibilización de las “mujeres todoterreno” entre el trabajo y los cuidados infantiles.

Al respecto, Laura Giosa enfatizó su rechazo a la construcción de un nuevo sujeto social femenino de la mujer todoterreno, mientras que Carla Lanari y Claudia Ochoteco plantearon posturas diferentes a la de la primera expositora.

En este marco, el debate fundamental entre los presentes se centró entre el carácter positivo o negativo que implica el concepto de mujer todoterreno; entre la aceptación o no de la asunción de todas las responsabilidades que la definición implica; entre una mirada crítica o receptiva de esa mujer que todo lo puede; entre la concepción machista o no que ser todoterreno conlleva.

Cine contra la violencia de género

Por otra parte, la segunda de las actividades que contemplaron las Jornadas Comunitarias consistió en la proyección de Refugiados.

La película muestra la historia de Laura (Julieta Díaz), una mujer embarazada que recibe una fuerte golpiza de su marido.

Después del dolor que le causa, tanto físico como emocional, Laura decide escaparse de la casa junto a Matías (Sebastián Molinaro), su hijo de siete años, que es el que la da el título al largometraje, porque Refugiado adopta casi en su totalidad el punto de vista del niño. Y la historia muestra el peregrinar de madre e hijo por refugios, hoteles y familiares para encontrar un lugar en el que estar a salvo.

Refugiado es antes que nada un drama, pero con un tono de thriller (del otro lado del teléfono se escuchan disculpas pero también hostigamiento) y con la estructura de una road movie urbana.

Luego de la proyección del film, se propuso al público una reflexión acerca de la temática contemplada.

De esta manera, comenzó un intercambio de opiniones y posturas de los presentes, especialmente de integrantes de entidades vinculadas en particular al trabajo con víctimas de violencia familiar o de género.

Fuente: Prensa AECA

Volver